El REY de los Mundos Virtuales
















World of Warcraft, lanzado en 2004 y con 10 millones de incondicionales. Estos números colocan a WoW en la primera posición de este ranking, en gran parte gracias a China, ya que el país asiático contribuye con 6 millones de jugadores.






En World of Warcraft, interpretas el papel de un héroe de fantasía.
A lo largo de su vida, tu personaje se enfrentará a miles de misiones, aprenderá nuevas y poderosas habilidades, amasará (y probablemente gastará) bastas fortunas de oro y encontrará cientos de armas poderosas, anillos encantados, artefactos, partes de armadura y más.


En otras palabras, tu personaje progresa y se hace más fuerte a medida que ganas experiencia, nuevas facultades, y objetos y equipo más poderosos. El progreso de tu personaje se almacena online automáticamente, lo que significa que siempre continúas en el punto en que lo dejaste cuando vuelves a jugar. De hecho, los datos de tu personaje se pueden almacenar durante todo el tiempo que quieras, para que puedas progresar al ritmo con el que te sientas más cómodo.





















Cuando creas tu personaje, deberás tomar dos decisiones que afectarán profundamente a cómo jugarás a World of Warcraft. Una de ellas es tu raza y la otra tu clase.



La raza de un personaje determina su aspecto general y su facción (Horda o Alianza). La facción es importante porque solo los personajes de la misma facción pueden hablar y colaborar entre ellos. No podrás comunicarte ni formar grupos con miembros de la facción opuesta. La raza es básicamente una elección social.



Tu clase, por otro lado, determina qué puede hacer o no tu personaje. Cada clase ofrece una experiencia de juego totalmente diferente, así que la mejor forma de averiguar qué clase es la adecuada para ti es crear varios personajes distintos para tener una idea de cómo es cada clase.


La clase es básicamente una elección de juego.